Crecí en el desconsuelo,
acurrucada en el fuego:
de un cálido deseo...
desbaratando vidas,
envenenando el miedo,
como dos amapolas
en vuelo.
Refleje a lo lejos
el claro jazmin,
que llamaba a mi vida
perdida en el cielo
en el que te conocí.
Ya no iré a ti
como aquella tarde
porque tú para mi
eres un extraño
que se fue
cuando nos amábamos.
Deja tu comentario "alma perdida " por maru buelna
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